Hornear une corazones

A veces (o casi siempre) encontrar cosas para hacer con la familia es una tarea ardua y dolorosa. Según nuestra experiencia en la oficina, hornear es una manera fantástica de crear lazos y unir a las personas. Si os estáis preguntando si somos unos frikis que se divierten haciendo tartas, la respuesta es sí. Y os puedo decir que la mejor parte es (aparte de devorar lo que hayas cocinado) es ver el resultado final, que tres de cada diez veces es una tarta increíble.
Un problema que a veces tenemos que nos cansamos siempre de estar cocinando lo mismo, y es difícil innovar o ser más creativo con nuestras creaciones. Y os puedo decir que es muy muy difícil no ser envidiosa y no mirar con odio las increíbles tartas que algunas de nuestras bloggers hacen y que estoy muy segura que yo no sería capaz de hacer en la vida.
Si eres como yo y no das para mucho en la cocina, el truco del almendruco puede ser mucho más fácil de lo que piensas. Y se trata de moldes. Sí, has leído bien, moldes. Con moldes originales puedes hacer cualquier clase tarta o galletas cutres que el resultado será espectacular. Echándole una foto a un postre de buen ver podrás fardar ante tus amigos, porque a fin de cuentas, comerte la tarta te la comerás tú (y quizá alguno de tus allegados) y los demás no sabrán si estaba buena o no.
Por eso, si no cocinamos y no tenemos a alguien que sepa (como yo con los chicos de la oficina, que son unos expertise), ¡siempre podremos enmedarnos un poco!