No debes negar la tentación de llegar a casa, después de un día de trabajo duro, y sentarse al sofá con algo de comer mientras ves la televisión y tratas de desconectar un poco. Pero si no gastas mucho cuidado, corres el riesgo de ponerlo perdido, sobre todo aquellos a los que les pasa como a mí que -según mi madre- tengo manos de mantequilla. El problema se empora si tienes hijos y son ellos los que quieren comer en el comedor y ellos sí que no tienen el mismo cuidado en no ensuciar que tú (si total, ellos no limpian). La solución no podria ser más sencilla: una bandeja para que todas las migas o gotas caigan en un sitio de fácil de limpiar.
Ese no es el único uso para las bandejas por supuesto. Cuando tienes invitados en casa y quieres ofrecerles café o té, ¿qué mejor que llevar todo lo necesario en una bonita bandeja? Así seguro que te ahorras unos cuantos viajes a la cocina y quedas genial.
Hoy día hay muchos modelos diferentes, por supuesto, pero últimamente se ha puesto de moda la bandeja con patas, para la que no necesitas ni mesa ni apoyarla en tus rodillas, puedes usarla sentada en el sofá y es comodísima. No solo para comer, sino si también usas el ordenador: nunca fue más fácil teclear sin cansar los brazos. Quítate de esfuerzos y limpiezas innecesarias y pierde el miedo a comer fuera de tu cocina, con una bandeja no habrá ningún tipo de estropicio.